Consejos para todos los días que pueden resultar muy útiles para poder pasar una “buena noche”:
- La alimentación: evitar las cenas abundantes y ricas en grasa y carne; si se tiene hambre cuando se va a dormir, tomar algo ligero. Para evitar problemas de digestión, de noche no se debe tomar bebidas a base de cafeína, ni chocolate; tampoco bebidas alcohólicas de alta graduación.
- Evitar siempre el humo del tabaco, pero especialmente de noche.
- La actividad física va bien realizarla por el día, pero no hay que hacer ejercicio físico intenso por la noche.
- Antes de ir a dormir evitar realizar actividades muy intensas a nivel mental o emotivo, como estudiar, actividades de planificación, trabajar en ordenador …
- La habitación donde se duerme conviene que esté oscura y alejada de ruidos, ni demasiado fría ni demasiado caliente.
- Un baño caliente por la noche puede ser una costumbre relajante, especialmente si forma parte de la rutina nocturna.
- Los horarios del sueño: en la medida de lo posible, conviene acostarse y despertarse siempre a la misma hora, incluso durante el fin de semana e independientemente de cuanto se ha dormido de noche; no dormir más por la mañana si se ha dormido poco.
- Si nos despertamos antes de que suene el despertador, conviene levantarse de la cama, encender la luz o abrir las ventanas y empezar la jornada.
- Cuando no se consigue dormir, no mirar continuamente la hora ni dar vueltas en la cama; mejor levantarse y realizar actividades relajantes, no pensar en el trabajo ni en las cosas pendientes de hacer.
- Prepararse para el sueño: tratar de relajarse lo más posible antes de ir a la cama, es útil hacer los mismos movimientos y las misma cosas, como un ritual; acostarse solamente cuando verdaderamente se tiene sueño.