Todo comienza con un malestar general, seguido de estornudos, presencia abundante de mucosidad y en algunos casos fiebre. Lo primero que puede venirnos a la cabeza es si puede ser coronavirus (algo lógico en este año que nos toca vivir). Sin embargo, dejando atrás el susto inicial y descartados los síntomas más claros de un positivo en este virus (como es el caso de fiebre, tos o dificultad para respirar) lo cierto es que lo normal en meses de invierno es que estemos ante una gripe o resfriado.
Pero, ¿cómo diferenciarlos? Hoy en Farmacia Carrascosa te damos las claves ya que en ocasiones se pueden confundir por compartir algunos síntomas comunes.
¿Diferencias? ¿Similitudes? Gripe y Resfriado
La diferencia más clara que puede ayudarnos a distinguir ambas afecciones (causadas las dos por un virus pero de tipo distinto) es la intensidad de los síntomas y el malestar que sintamos. Así, en los casos de gripe esta viene con fiebre bastante alta durante un par de días o tres, además de que el resto de señales son más acusadas en el cuerpo.
Otra de las diferencias es que el resfriado suele aparecer de forma gradual, si hemos cogido frío sobre todo, y apenas dura unos días. Caso contrario a la gripe que viene de improviso sin avisarnos y que puede ser de tal magnitud que estemos una semana e incluso dos postrados en la cama o el sofá sin apenas movernos.
Lo que sí es más frecuente en ambos casos es que aparezcan señales como la congestión nasal, los estornudos, la mucosidad, la tos, el dolor de garganta y ese dolor muscular que acompaña este tipo de situaciones. Dolor este último que, en los casos de gripe, viene acompañado en ocasiones por escalofríos.
¿Cómo es el tratamiento en estos casos?
En lo que apenas hay diferencias en ambos casos es a la hora de tratar esta afección de salud. Solo en el caso de la gripe y si la temperatura del termómetro es elevada sería necesario acudir a urgencias para que el médico decida en cada caso.
Salvo esa circunstancia especial, el médico de cabecera nos recomendará en este caso que descansemos, tomemos abundante líquido para evitar que nos deshidratemos, así como tomarnos los medicamentos prescritos al efecto: analgésicos y antitérmicos para reducir el dolor, el malestar y la fiebre, y algún descongestionante o expectorante para aliviar las vías respiratorias.
Importancia de la vacunación
Esta advertencia sobre todo resulta esencial en el caso de aquellas personas mayores de 65 años o que se encuentren en situación de riesgo o vulnerabilidad como pueden ser por ejemplo los enfermos crónicos respiratorios o con patologías cardiovasculares, así como las mujeres que se encuentren embarazadas. Además, este año si cabe es más importante que nunca este ejercicio de responsabilidad con la salud, como recuerdan desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) para prevenir una grave coinfección con Covid-19.